viernes, 13 de julio de 2007

Destinos Peores Que la Muerte: BlackOut! (10)

Bueno.

Supongo que este es el fin. Todo está oscuro, no siento mi cuerpo, no tengo conciencia de nada exterior a mí. Si esto es la muerte entonces he experimentado pequeñas muertes todos los días de mi vida al irme a dormir. Supongo que será el mecanismo del cuerpo humano para hacer más placentero el paso de estar animado a inanimado y no hagamos demasiado ruido. En el momento del óbito el cerebro manda numerosas señales a diversos disparadores neurales que desencadenan una reacción química que libera enormes cantidades de serotonina induciendo al dueño del susodicho cerebro por fenecer a experimentar un placer o, por lo menos, alivio, en el momento clave del final de su vida.

Hay que ver lo que aprende uno con tanto estudio… a ser consciente de su propia muerte en base al estado en el que se autoanaliza el cerebro. Pero me pregunto si eso es posible. Es decir, si estoy muriendo en estos momentos tendría que estar teniendo visiones de mi vida corriendo frente a mis ojos, o ver la luz al final del túnel, o la cosa que se supone ha de ocurrirme a mí en particular. Incluso si se supone que estoy muriendo mi cerebro tendría que estar tan plagado de serotonina que no podría hacer un autoanalisis en condiciones.

Los fenómenos psíquicos son otra opción. ¿Nada de visiones? ¿Nada de experiencias fuera del cuerpo recreadas por los datos obtenidos antes de la muerte? Por lo que sé, ese tipo de experiencias son el vivo reflejo de que nuestro cerebro recoge muchísima más información de la que normalmente nos percatamos, en un momento de actividad sináptica intensa recreamos la habitación o el edificio donde nos encontramos, o un sitio que conocemos particularmente bien, con todo detalle, con actores plausibles y hasta ciertas pautas de interactividad, como en un juego o película de Realidad Virtual. El cerebro es una máquina, un ordenador, complejo y con muchas más funciones de lo que siempre nos hemos imaginado.

Cuando eres pequeño, un bebé de pocos meses, el cerebro es capaz de hacer cosas increíbles. Un bebé puede perder una increíble cantidad de masa encefálica sin perder apenas facultades mentales. ¡Incluso se puede vivir con medio cerebro! Lo único, que no es poco, que hacen es replantearse las rutas de funcionamiento de las neuronas. Si en un cerebro completo para que una idea se convierta en acción ha de pasar de A a B para llegar a C, el cerebro de un infante es capaz de recablearlo todo para que, a falta de B, A llegue a C por R, S y T. Increíble. No me extraña que en Europa ya tengan incluso academias bien serias sobre neurología psíquica.

Pero esto no quita que me esté muriendo. ¿O estoy en coma? ¿Esto es estar en coma, estar dormido sin estarlo? No, estar en coma es solo tener activa las funciones vitales del cerebro funcionando, y las de la personalidad a cero de rendimiento. Esto parece ser todo lo contrario, siento mi mente al ciento por ciento pero no mi cuerpo. Me he disociado.

Podría ser peor. Podría haber calderos y demonios con tridentes. Que tonterías pienso, si no siquiera creo en ninguna religión en particular. Tal vez haber tenido fe en alguna religión en concreto me habría ayudado a tener una experiencia cercana a la muerte más clara, no esto, estar estancado en una oscuridad autista.

Siempre pensando en ti mismo. Piensa en los demás por una vez en tu vida.

¡Yo no he pensado eso! ¿Quién eres? ¿Dónde estas?

Si que lo has pensado Roy, siempre lo has pensado. Lo hemos pensado. Lo que ocurre es que nunca has parado de plantearte supuestos absurdos o de mantener tu mente ocupada con tediosas tareas. No te callabas, por lo cual no te podías escuchar a ti, a mí, mismo. Siempre pensando en ti o tus cosas. Nunca en los demás. ¿Nunca te has planteado que es lo que espera el resto de la humanidad que hagas por ella? No, no lo has hecho pues siempre has pensado en ella como un mero medio de subsistencia. Dadme comida y alojamiento, dejadme ser feliz y que os den morcilla. No mi querido Roger Aston, el mundo no es así. El mundo esta lleno de gente, personas, cada una con sus propios problemas y sus propias aspiraciones. ¿A qué aspiras? ¿A estar solo y tranquilo? Bien, porque ahora lo tienes.

No, no era eso lo que quería. Yo no quiero estar solo.

Y sin embargo abandonas a la primera de cambio, no tienes amigos, ignoras a tus vecinos, incluso a esa señora tan amable que te daba consejos, ignoras los problemas de la poca gente que se preocupa por ti. Te enteras que en las calles de tu barrio se van a pelear dos bandas y sales corriendo con el rabo entre las piernas ¡Inaudito! Eres una vergüenza. En tu calle vive más gente a parte de ti, hay familias, negocios, esperanzas e ideales, gente que depende la una de la otra para tejer una comunidad. Y no me puedes venir con la cantinela de que la gente prefiera pasarse el día encerrada en su cuchitril enchufada a sus particulares mundos de RV, tú no has llamado a sus puertas ni les has pedido colaboración ninguna. Has dejado a la comunidad que te acoge abandonada, incluso si realmente las dos personas con las que más contacto tenías fueran el Sr. Rashid y la Sra. Schultz, algo les debes ya.

Rechazas todo conflicto y corres lo más lejos de él, y claro, cuando has tenido que enfrentarte con algo medianamente importante vas y pierdes los papeles.

¡No perdí los papeles, me atacó!

Le estabas dando con el haz de luz en los ojos, no te podía ver con claridad, y tú balbuceando como un demente, no es de extrañar que te terminara atacando, lo que estaba era aterrada, no le habías dejado escapatoria.

Soy una persona horrible, me merezco morir.

Ahora no me vengas con esa, que no estas muerto todavía, lo que has de comprender es que el mundo es más complejo que el propio yo. Sal de tu cáscara e interactúa con todos. No todo el mundo será agradable, claro está, pero creo que aprenderemos mucho más que mirando una pantalla o con un programa mental. Todavía nos queda mucho por descubrir. Nadie nos ha ayudado porque tampoco tú has puesto nada de tu parte. Esta lleno de dolor, eso sí, pero ¿no sería un sitio mucho mejor si todos nos ayudáramos un poco? El mundo es maravilloso Aston ¿No te has dado cuenta?

¿Quién eres?

Soy quien tú querrías ser. Quien siempre has sido pero nunca te has permitido ser. Quién serás cuando este oscuro encierro termine. Tú y yo somos la misma persona vista desde dos ángulos diferentes. ¿Seguimos teniendo miedo?

No tengo miedo. Ahora lo comprendo todo, me he estado preocupando de cosas estúpidas mientras me dejaba asfixiar por la rutina, me he dejado llevar por el pánico del animal que ve por primera vez el bosque después de veinte años viviendo en una jaula. Pero ahora comprendo que de lo único que tengo que tener miedo es de volver a hacer lo mismo de siempre. Todo está claro. Ahora puedo morir.

Pero no pienso morir, todavía quiero darle las gracias a aquellos que me han ayudado y ayudar a los que me lo pidieron y los ignoré ¡No voy a morir! ¡VOY A VIVIR!


Aston siguió yaciendo en el agujero hasta que un perro lo encontró y empezó a ladrar. El destornillador no había atravesado, por fortuna, ningún órgano vital. Cuando lo subieron había perdido mucha sangre y estaba delirando. Le inyectaron muchas medicinas diferentes, le cosieron las heridas y le entablillaron los miembros dislocados.

El hombre que le atendió no le dio muchas esperanzas. La mayoría de las heridas no eran necesariamente mortales, pero había visto envenenamientos similares y sabía que no iba a ser tan fácil. “Solo es cuestión de esperar y de que ponga algo de voluntad por su parte”.

Durmió.

Y cuando despertó era otra persona nueva.

Sonrió y se preguntó que podía hacer para devolverle el favor de una segunda oportunidad al mundo, en cómo hacer las cosas un poco mejor.


__________________________FIN DE LA PRIMERA PARTE

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